Desafortunadamente en el mundo se glorifica la violencia, existiendo toda una industria que aplaude la agresión, ejemplo de ello son la cantidad de video juegos o películas, también a diario en los noticieros nos enteramos de cómo se matan unos a otros por robo, venganza o guerra; todo esto refleja un irrespeto a la máxima creación de Dios que es la vida.
Resulta inexplicable que la muerte y la agresión habiten en el corazón del hombre, por ello Dios colocó como parámetro de vida, no matarás, y con ello nos invita a adquirir el compromiso de celebrar la vida.
Entre los 10 mandamientos, el de no matarás referido por Jesucristo no solamente manifiesta el acabar con la vida física de alguien, hay diferentes formas de muerte:
- Matar físicamente a otro, ya sea fría y calculadamente, por homicidio, legítima defensa, aborto, eutanasia y el mismo suicidio, constituyen un pecado porque se interrumpen los planes de Dios en una vida.
- Matar a otras personas emocional y psicológicamente usando la ofensa, burla o venganza.
- Matar a las demás personas por inacción, es decir, cuando ignoramos o negamos la ayuda que necesitan otros, teniendo en nuestras manos los medios para salvarles.
No hay mejor gozo para Dios y para las personas que glorificar la vida, buscando respetar al prójimo, porque no matarás significa dar vida a los demás.
¿Cómo podemos glorificar la vida?
Únicamente en Dios se encuentra el perdón para todo lo malo que hemos hecho, por ello cualquiera que se enoje con su prójimo y produzca violencia, será culpable de juicio.
Respetando la dignidad de los demás glorificamos la vida, valorando el alma, la salud, el cuerpo y la integridad física y mental de quienes nos rodean.
Teniendo presente que solo Dios puede darnos y quitarnos la vida, nuestro deber frente a él es celebrarla.